sábado, 19 de abril de 2014

DESGRACIADA MÁLAGA, SOMETIDA A LOS ABUSOS Y EXPLOTACIÓN COLONIAL DEL RIDÍCULO PODER DE LOS SEVILLANOS.


Málaga fue descrita por el espía que los Reyes Católicos nos enviaron antes de 1487 como "la más bella de las Españas".
Fue así como, en la Edad Moderna, resurgió esa coletilla de "la Bella" que ya nos había caracterizado durante los siglos I y II (era hermosísima la ciudad romana construida en la ladera noroeste de Gibralfaro) y que nos sigue motejando ahora, aunque la bella Málaga del tópico desapareció el 5 de febrero de 1810. Esa noche, Napoleón se vengó por la derrota que le habíamos infligido los malagueños en Bailén y pasaron a cuchillo a la mitad de la población, violaron, robaron las imágenes de plata maciza de nuestros Santos Patronos Ciriaco y Paula y, por último, quemaron la ciudad, cuyos balcones voladizos de madera (que heredaron los canarios de nosotros) eran lo que le proporcionaban personalidad y hermosura. Por último, Napoleón dinamitó el castillo de Gibralfaro (ahora, no tenemos castillo, sino fortaleza).
A partir de entonces, perdidos los monumentos y palacios que nos quedaban en 1936, lo que se ha construido en Málaga es más bien cutre o muy feo (Plaza de la Marina, Malagueta, Jardín de la Abadía, Huelin, etc.)
La ciudad que será con toda probabilidad la tercera urbe española en superar el millón de habitantes (tiempo al tiempo, analícense los datos y pregunten a los prospectivos) es urbanísticamente muy poco hermosa, lo que incide muy negativamente en nuestro orgullo colectivo, en nuestra autoestima, en cómo se nos considera en España y en la economía del Ocio costasoleña que deberíamos protagonizar y no protagonizamos (no somos Capital de la Costa del Sol, porque capitalidad significa instituciones, y aquí no hay ninguna institución costasoleña, ni Aehcos, ni Acosol, ni la Mancomunidad).
El primer paso para recuperar y renovar la ciudad urbanística, sociológica y estéticamente es tapar la horrenda herida del Guadalmedina.
Las desgracias históricas de Málaga parecen prolongarse en el tiempo cuando esta obra inmensa, trascendental e inaplazable es considerada por algún partido o partidista miope,  incluyendo sobre todo al PSOE, como cuestión no propia.
OJALÁ QUE TODOS ESTOS ENEMIGOS RECUPEREN LA VERGÜENZA.


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