Esta autonomía, en concreto, fue reivindicada e impulsada contra
natura por el PSOE de González y, sobre todo, Guerra, para beneficiar a Sevilla
y que así se apropiara esa ciudad (que nunca en tres mil años ha mandado sobre
la libérrima Málaga) de los recursos de otras siete provincias.
Aunque no se había cumplido unos de los preceptos legales de unanimidad,
porque Almería votó en contra, obligaron a Suárez a llevar adelante este
invento que sólo tenía para ellos una impresentable motivación papanatas.
El prometedor futuro de Málaga en 1979 fue detenido y saboteado por Alfonso
Guerra, que prohibió a sus afiliados veranear en la costa de Málaga y sentenció
a la ciudad de Málaga con aquel histórico: "Málaga se ha desarrollado
demasiado; ahora le toca a Sevilla". Ignoraba Guerra muchas cosas (aunque
se jacta de su “cultura” barriobajera), y una de las que más ignoraba era que
mandando que Málaga se empobreciera, condenaba a la pobreza general a la
autonomía que inventaba por razones localistas-narcisistas-sevillistas.
El tamdem sevillano González-Guerra mandó detener Málaga específicamente para
que se desarrollase Sevilla, lo cual es una soberana estupidez según demuestra
la experiencia en todo el mundo, especialmente en California; y, además,
Sevilla no ha seguido la senda que ellos pretendían (igualarla con Barcelona), porque
las metrópolis avanzadas no se construyen a base de borracheras, juerga y
corrupción
Málaga es forzada a entregar a la junta el TRIPLE
de lo que recibe.
SI EL ALCALDE DESEA QUE MÁLAGA CUMPLA OBJETIVOS DE MODERNIDAD Y PROSPERIDAD
TECNOLÓGICA, LA PRIMERA CONDICIÓN -ineludible- SERÍA SALIRNOS DE LA AUTONOMÍA
SUBDESARROLLADA DE LOS SEVILLANOS, TORPE, INOPERANTE, CATETA Y GRAVEMENTE
INJUSTA CON LOS MALAGUEÑOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario