Grupo de malagueños desesperados por el trato ultrajante que nos propina la junta.
jueves, 28 de mayo de 2015
¿QUÉ NOS PERDEMOS CON PAULINO PLATA?
Paulino Plata, autoridad del puerto nombrado, sostenido
y amparado por la junta tercermundista sevillana del PSOE, estuvo a punto de hacernos
perder el Pompidou, por su incapacidad de interpretar las normas con ductilidad
y a conveniencia de los resultados, lo que tal vez lo convierte en un personaje
irresoluto.
Con ese prurito tremendista de las normas, nos ha
dejado sin Feria del Libro, pues los quioscos que se instalan en el Palmeral
del Puerto no son más que eso, quioscos, porque
al impedir que haya carteles, música, actuaciones, megafonía y ni
siquiera programas COMUNICADOS, no podemos decir que haya una feria verdadera.
Málaga, que pretende ser culturalmente la tercera ciudad más importante de
España, NO TIENE FERIA DEL LIBRO, sino unos quiosquitos férreamente
condicionados por las limitaciones y prohibiciones de Paulino Plata.
Cabe preguntarse si ese prurito reglamentarista tan rocoso
e inmovilista no será la causa de que el Puerto Deportivo del Bulto no consiga
promotor. Todas las cosas relacionadas con el puerto van con lentitud
insoportable, como la desaparición de la casa de botes y el ensanche de la bocana
de la dársena interior. La misma indeterminación, puede haber causado la
disminución alarmante del tráfico de mercancías. Y en relación con los
cruceros, no se puede entender la dependencia segundona de Barcelona, en vez de
tratar de que Málaga proceda en ese campo con autonomía y mecanismos propios.
Tal vez tenga el mismo origen la tardanza en montarse
la noria, el soterramiento de la llegada del ferrocarril, la no apertura de los
nuevos accesos por no ser capaz de llegar a acuerdos con el ayuntamiento, etc..
En resumidas cuentas: ¿QUÉ PODEMOS ESTAR PERDIÉNDONOS
POR CULPA DE PAULINO PLATA?
jueves, 21 de mayo de 2015
SI NO ECHAMOS A LA JUNTA TERCERMUNDISTA E INOPERANTE DE SEVILLA, ESTAMOS JODÍOS.
Desconcierta y entristece que no hablen claramente las
autoridades de que no podemos seguir aguantando la discriminación, los robos,
el tercermundismo, la corrupción ni la inoperancia de la junta de los
sevillanos. NI EL PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN NI EL ALCALDE, NI –INCLUSIVE- EL
OBISPO, QUE ESTÁ MORALMENTE OBLIGADO A DENUNCIAR LOS GRANDES PECADOS SOCIALES.
El obispo que se emplea tan a fondo con las cofradías, debería mirar un poco hacia el
Vaticano y Francisco, que jamás toleraría lo que hacen con Málaga Susana y la
junta inoperante.
A excepción de los pocos a los que aún consiguen engañar con su
demagogia, todos sabemos en Málaga que nuestros hijos se quedarán sin porvenir
si no nos apresuramos a echar a Luciano Alonso, Miguel Ángel Heredia, María
Gámez y otros muchos cómplices del desaguisado juntero.
Los periódicos que salen en Málaga (a excepción del gaditano-psoísta Málaga Hoy) hablan ya claramente de la altanería de Susana Díaz. Cualquier psicólogo o sociólogo sabe que la altanería es casi siempre el intento de disimular la incapacidad personal. Por lo tanto, no extraña que sostenga a su lado a Luciano Alonso (que no para de vacilarnos con sus vacilaciones), a quien los malagueños conocemos demasiado como depredador y arrasador de la Málaga orgánica e institucional. Junto y detrás de él, Miguel ángel Heredia, cuyas mentiras permanentes duran ya desde el primer día que entró en las Cortes (supuestamente representando a Málaga); émulo infantiloide de Goebbels, consiguió medrar entre sus correligionarios de Málaga a base de revelarnos el Mediterráneo con sus notas pueriles y mentirosas. En tercer lugar (y no el último, porque la lista es interminable), María Gámez, que no ha nacido ni vive en Málaga, elegida por la inoperante e incapaz Susana como cómplice para que no la molestemos con protestas cada vez que ella o su burocracia destartalada joden a Málaga.
Los periódicos que salen en Málaga (a excepción del gaditano-psoísta Málaga Hoy) hablan ya claramente de la altanería de Susana Díaz. Cualquier psicólogo o sociólogo sabe que la altanería es casi siempre el intento de disimular la incapacidad personal. Por lo tanto, no extraña que sostenga a su lado a Luciano Alonso (que no para de vacilarnos con sus vacilaciones), a quien los malagueños conocemos demasiado como depredador y arrasador de la Málaga orgánica e institucional. Junto y detrás de él, Miguel ángel Heredia, cuyas mentiras permanentes duran ya desde el primer día que entró en las Cortes (supuestamente representando a Málaga); émulo infantiloide de Goebbels, consiguió medrar entre sus correligionarios de Málaga a base de revelarnos el Mediterráneo con sus notas pueriles y mentirosas. En tercer lugar (y no el último, porque la lista es interminable), María Gámez, que no ha nacido ni vive en Málaga, elegida por la inoperante e incapaz Susana como cómplice para que no la molestemos con protestas cada vez que ella o su burocracia destartalada joden a Málaga.
NECESITAMOS URGENTEMENTE QUE UN POLÍTICO DESTACADO HABLE CON
CLARIDAD DE QUE ESTO NO PUEDE CONTINUAR Y DE QUE, SI NO RECTIFICA A FONDO LA
JUNTA NI REPARA LOS DAÑOS DE 34 AÑOS, TENDREMOS QUE ECHARNOS AL MONTE. A
nuestros Montes.
viernes, 15 de mayo de 2015
EN MÁLAGA, LOS PARTIDOS DEBEN QUITARSE LA A Y PONERSE UNA M
SI MORENO BONILLA FUERA LISTO…
Quienes tratamos de informarnos a diario de cuanto
pasa, por lo que pudiera concernirnos, tenemos cada más claro que para aceptar
mansamente seguir como estamos hay que ser muy pasivo y bastante majareta.
Una mirada muy somera al trato de la junta a Málaga
durante 34 años, muestra un paisaje desolador: arquitectura institucional desmantelada
y robada, sanidad voluntariamente destruida, escuelas de hostelería
avasalladas, hospitales necesarios y no
construidos, indiferencia por la salud malagueña, indigno trato a la
universidad, prohibiciones arbitrarias de construcción para que no progresemos,
falsificación de planos de inundabilidad culpa de las obras no realizadas por
la junta, rabia sevillana indisimulada por las iniciativas malagueñas. Los que
nos informamos sabemos que no podemos seguir más tiempo así, sin arriesgarnos a
arruinarnos o a reeditar las revueltas enloquecidas del pasado, con las que
Málaga puso a España con los pelos de punta.
Pero muchos de los que nos informan, lo tienen aun
más claro. Hay unos cuantos periodistas desconcertados porque no haya surgido
todavía un grupo político antijunta en Málaga, a pesar de que los periódicos donde
trabajan son deudores y fieles lisonjeros del PSOE, hasta el punto de que
publican textualmente los manipuladores comunicados de Miguel Ángel Heredia y
hasta hay una emisora de TV cuyo jefe de
redacción parece que fuera el propio Heredia.
Casi desde el momento que tuvimos democracia, y a la
vista de los movimientos de las Vascongadas y Barcelona, y como el PSOE estaba
bajo el poder de dos sevillanos, en seguida se pusieron a reclamar una
autonomía sin ningún antecedente institucional histórico. Sólo se trataba de
subvencionar a su Sevilla de su alma, como se viene haciendo desde el siglo
XIII, en este caso otorgando a Sevilla, para su disfrute, los recursos de otras
7 provincias. En seguida, el PSOE se puso una A, luego salió el indisgesto
invento de Rojas Marcos y, a continuación, todos los demás partidos se añadieron
también una A. Y en seguida, vino lo que vino, una componenda que hará las
delicias de los historiadores durante los siglos futuros, con las amenazas de
los dos miarmeños a Suárez.
El territorio que tiraniza la junta NUNCA FUE UNA
UNIDAD POLÍTICA ni tampoco es una verdadera unidad geográfica. A grandes
rasgos, el valle del Guadalquivir y la vertiente Surpenibética son dos regiones
claramente diferenciadas.
Pero Málaga sí es una región natural y SÍ FUE UNA
UNIDAD INSTITUCIONAL, AL MENOS CON LOS ROMANOS Y DURANTE LOS SIGLOS XI AL XIII.
Asombra que con la que nos está cayendo y con la indignación que recorre Málaga
(aunque el pueblo llano siga tan engañado), todavía no haya añadido ningún partido
una M a sus siglas.
Si Moreno Bonilla fuera listo comprendería dos cuestiones
axiomáticas: 1- Los gaditanos, granadinos, cordobeses y sevillanos jamás lo auparán
a la presidencia de la junta, ni aunque él diga estratégicamente que es “medio sevillano”.
2- El primer partido que se ponga una M en las siglas, tendrá ventaja sobre los
demás para lo que es inaplazable que ocurra.
A menos que los malagueños seamos carne de suicidio,
esas M a continuación de las siglas abundarán a granel antes de un decenio.
domingo, 10 de mayo de 2015
ENCUESTAS, MARÍA GÁMEZ Y LA LÓGICA
Hoy domingo 10 de mayo los tres periódicos que salen en Málaga (que no malagueños) publican encuestas acerca de nuestra intención de voto en las municipales del día 24.
Destaca en todos ellos (unos más mentirosos y manipuladores
que otros) el brutal hundimiento del PSOE. Es de suponer que ni la gestante
Susana, ni el tambaleante Sánchez ni el aspirante local a Goebbels se
explicarán qué puede haber pasado, si ellos ven las cosas tan claras, Pero no
se puede ver nada claro en estas cuestiones si uno no lo contempla todo en
perspectiva.
Málaga mantuvo en la alcaldía 16 años a Pedro
Aparicio, a pesar de que ese nefasto alcalde, con la posterior “ayuda” de
Luciano Alonso, desmantelaron completamente la Málaga institucional para
regalársela a Sevilla. La Málaga ambiciosa de los años 70 (a la que los bancos
anunciaban la capitalidad de la mitad sur de España), pasó a convertirse en una
aspirante a aldea insignificante, por decisión, actuación y agresiones del
PSOE, a partir de una orden emitida por el todopoderoso y omnipotente Alfonso
Guerra: “Málaga se ha desarrollado mucho; ahora le toca a Sevilla” y “Ningún
cargo del PSOE veraneará en las costas de Málaga”. A pesar de estas
destructivas y empobrecedoras decisiones antimalagueñas del PSOE, los
malagueños, engañados y pisoteados, sostuvimos a ese señor madrileño-catalán
durante 16 años en la alcaldía.
El siguiente candidato del PSOE fue un señor que
había nacido en Málaga, pero se llamaba Martín i Toval según sus tarjetas. O
sea, más catalán no podía ser, y era un destacado miembro del PSC. Obtuvo 5
(CINCO) escaños
Desde entonces, el PSOE actúa en Málaga como si los
malagueños continuásemos tan ciegos como en los años ochenta. No le importa
herirnos, jodernos ni empobrecernos, ni seguir su proyecto de convertir a
Málaga en una aldea para que Sevilla relumbre.
La tercermundista junta del PSOE nos agrede con
planos de inundabilidad manipulados para que no construyamos, nos prohíbe
crecer hacia el norte, desbarata presupuestaria y funcionalmente nuestra
sanidad, agrede a nuestra universidad, nos mantiene como la ciudad peor dotada
en camas hospitalarias, suspende calladamente obras a la mitad, como la
Carretera de Arco, no cumple su compromiso de instalarnos la biblioteca,
posterga infinitamente servicios esenciales, no realiza importantes y hasta
trascendentales sondeos arqueológicos (Ccrro del Villar, La Araña y La Tortuga,
que están paralizados y acabarán desmoronándose) sabotea nuestros intentos de
desarrollo (movidos por la envidia, porque los sevillanos sólo se emborrachan),
prohíbe que Málaga sea la ciudad de gran afluencia turística QUE ES, a pesar del PSOE y la junta tercermundista.
A despecho de todo esto, a despecho de que no pueden
ponerse más caretas porque ya conocemos sus garras y orejas de lobo que quiere
devorarnos, el PSOE continúa proclamando que ellos son la esperanza y la
justicia, y llevan proponíéndonos como alcaldesa, varias elecciones, a la
señora María Gámez.
Nunca nos ha propuesto el PSOE un candidato a
alcalde malagueño. El único que había nacido aquí, Martin i Toval, no conocía
Málaga ni de oídas. María Gámez proviene de una familia malagueña, pero nació
en Cádiz, vive en Mijas y habla alemán con sus hijos. Para poder optar
electoralmente en Málaga, mantiene un piso en el paseo marítimo de Poniente, lo
que prueba su potencia económica. Todos sabemos (porque lo ha dicho muchas
veces) que algunas de sus primeras medidas -en el imposible caso de convertirse
en Alcalda-, sería cerrar el Pompidou, el Thyssen y el Museo Ruso y desechar el
proyecto del bulevar del AVE.
El PSOE que nos desmantela, el PSOE que obstaculiza
nuestro desarrollo y que nos propone candidatos como Martín i Toval o María
Gámez no puede extrañarse por hundirse en Málaga.
Los Martiricos lo saben.
viernes, 8 de mayo de 2015
MÁLAGA SUPERA EL MALBAJÍO DEL SOMETIMIENTO A SEVILLA
¿ESTAMOS SUPERANDO 128 AÑOS DE MALBAJÍO MALAGUEÑO?
Durante varias añoradas décadas del siglo XIX,
Málaga fue una potencia industrial y encabezaba el desarrollo de España junto a
(y a la par) Barcelona. Bilbao llegó después.
Pero tan fulgurante fue aquella prosperidad
malagueña como efímera. Tuvimos los primeros altos hornos de España, pero no poseíamos
mineral de hierro ni de carbón; de manera que el Rif marroquí experimentó
cierta prosperidad paralela a la de Málaga por su hierro, y el carbón se
consiguió exterminando las grandes masas de bosques de pino chapa que bordeaban nuestras costas.
Resultaba previsible que aquella bonanza industrial, tan poco basada en nuestros
recursos, durase poco tiempo. Y la emergente industria textil barcelonesa se
lanzó a sabotear la importante industria malagueña de holandas, que decayó
dramáticamente; lo mismo hicieron los barceloneses con Intelhorce sesenta años
más tarde. Simultáneamente con la decadencia acerera y textil, nos llegó la
plaga bíblica de la filoxera, que agostó todo el oriente de los Montes y la
Ajarquía en pleno, acabando con la producción masiva de un vino que ya figuraba
en los palacios y la literatura rusa desde más de un siglo antes, y que originó
en gran medida las famosas vendejas de la bahía, (colas de barcos a la espera
de cargar el vino
Desde las postrimerías del XIX, Málaga cayó en la
depresión. Y todo lo que vino después parecía habernos sumergido en el malbajío
más insuperable. Las rías de 1907, los dramas asociados la guerra con
Marruecos, las quemas de 1931 y 1936, en 1937 el éxodo más dramático que había
registrado Europa hasta entonces, la posguerra tan destructora porque se nos consideraba una
“ciudad enemiga”, y, para colmo, la indignidad de la sumisión como explotación
colonial de Sevilla.
Málaga es una ciudad sorprendente, con mimbres que
nosotros mismos no identificamos del todo. De pocos años a esta parte, y aunque
continuamos sometidos a las mentiras del poder imperial de Sevilla, da la
impresión de que estamos aventando el malbajío.
Se empieza a hablar sin complejos de que vamos camino
de convertirnos en la tercera ciudad española (ya lo éramos en siglo XIX) y recorre
la ciudad un cierto aire de “todos a una”, como cuando se presiente la llegada de
algo maravilloso. Somos una de las comunidades donde más parados piden el pago total
del pago para emprender. Se están abriendo negocios inesperados. Llegan inversores
con ganas de meter sus picas. Ya, la prensa extranjera señala Málaga como uno de
los destinos turísticos más interesantes de Ëuropa. Y el turismo no es un recurso
tan escaso como el carbón y el hierro; es un recurso imperecedero.
Parece que el final de túnel ha llegado. Ahora, tal vez se trata de que sigamos el camino, sin precipitarnos en el vacío.
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