viernes, 15 de mayo de 2015

EN MÁLAGA, LOS PARTIDOS DEBEN QUITARSE LA A Y PONERSE UNA M

SI MORENO BONILLA FUERA LISTO…

Quienes tratamos de informarnos a diario de cuanto pasa, por lo que pudiera concernirnos, tenemos cada más claro que para aceptar mansamente seguir como estamos hay que ser muy pasivo y bastante majareta.

Una mirada muy somera al trato de la junta a Málaga durante 34 años, muestra un paisaje desolador: arquitectura institucional desmantelada y robada, sanidad voluntariamente destruida, escuelas de hostelería avasalladas, hospitales necesarios y  no construidos, indiferencia por la salud malagueña, indigno trato a la universidad, prohibiciones arbitrarias de construcción para que no progresemos, falsificación de planos de inundabilidad culpa de las obras no realizadas por la junta, rabia sevillana indisimulada por las iniciativas malagueñas. Los que nos informamos sabemos que no podemos seguir más tiempo así, sin arriesgarnos a arruinarnos o a reeditar las revueltas enloquecidas del pasado, con las que Málaga puso a España con los pelos de punta.

Pero muchos de los que nos informan, lo tienen aun más claro. Hay unos cuantos periodistas desconcertados porque no haya surgido todavía un grupo político antijunta en Málaga, a pesar de que los periódicos donde trabajan son deudores y fieles lisonjeros del PSOE, hasta el punto de que publican textualmente los manipuladores comunicados de Miguel Ángel Heredia y hasta hay una emisora de TV  cuyo jefe de redacción parece que fuera el propio Heredia.

Casi desde el momento que tuvimos democracia, y a la vista de los movimientos de las Vascongadas y Barcelona, y como el PSOE estaba bajo el poder de dos sevillanos, en seguida se pusieron a reclamar una autonomía sin ningún antecedente institucional histórico. Sólo se trataba de subvencionar a su Sevilla de su alma, como se viene haciendo desde el siglo XIII, en este caso otorgando a Sevilla, para su disfrute, los recursos de otras 7 provincias. En seguida, el PSOE se puso una A, luego salió el indisgesto invento de Rojas Marcos y, a continuación, todos los demás partidos se añadieron también una A. Y en seguida, vino lo que vino, una componenda que hará las delicias de los historiadores durante los siglos futuros, con las amenazas de los dos miarmeños a Suárez.


El territorio que tiraniza la junta NUNCA FUE UNA UNIDAD POLÍTICA ni tampoco es una verdadera unidad geográfica. A grandes rasgos, el valle del Guadalquivir y la vertiente Surpenibética son dos regiones claramente diferenciadas.

Pero Málaga sí es una región natural y SÍ FUE UNA UNIDAD INSTITUCIONAL, AL MENOS CON LOS ROMANOS Y DURANTE LOS SIGLOS XI AL XIII. Asombra que con la que nos está cayendo y con la indignación que recorre Málaga (aunque el pueblo llano siga tan engañado), todavía no haya añadido ningún partido una M a sus siglas.

Si Moreno Bonilla fuera listo comprendería dos cuestiones axiomáticas: 1- Los gaditanos, granadinos, cordobeses y sevillanos jamás lo auparán a la presidencia de la junta, ni aunque él diga estratégicamente que es “medio sevillano”. 2- El primer partido que se ponga una M en las siglas, tendrá ventaja sobre los demás para lo que es inaplazable que ocurra.


A menos que los malagueños seamos carne de suicidio, esas M a continuación de las siglas abundarán a granel antes de un decenio.

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