Me diagnosticaron diabetes mellitus II en 2000, desde entonces, durante más de 12 años, tomo casi diez pastillas diarias y vivo sometido a dieta, una vida difícil de sobrellevar y muy poco apetecible de vivir.
Tomo medicamentos para todo: diabetes, próstata, circulación, colesterol, infartos, etc. Varios de estos males, han surgido DESPUÉS DE LA DIABETES, precisamente por su causa, a pesar de que llevo un control muy estricto de la medicación y la dieta. Algunos de los medicamentos, como Lyrica, son muy caros.
Las única ventaja de llevar tanto tiempo sometido a estas condiciones de vida e3s que uno va a aprendiendo. Uno de los descubrimientos más sorprendentes es que si permanezco una hora dentro de una piscina, aunque nade sólo a ratos, el índice de glucosa me baja hasta el 50%. Es decir, que si nadara todos los días, podría bajar la medicación de Novonorm y Metformina, con lo que la Seguridad Social ahorraría bastante ya que, sobre todo el Novonorm, es un medicamento caro.
Sin embargo, la Seguridad Social no hace virtud de la experiencia. En una situación como la presente, de empobrecimiento general del país, sigue tratando la diabetes EXCLUSIVAMENTE con medios químicos a veces muy onerosos. Yo estoy convencido de que si los médicos fueran conscientes del beneficio específico de las piscinas (y no sólo de las caminatas) la Seguridad Social podría ahorrar más de la mitad de lo que gasta en diabéticos. Bastaría con que construyese en todos los ambulatorios piscinas dedicadas a los diabéticos.
De paso, nos ahorrarían a los diabéticos muchísimas enfermedades colaterales, que ahora los médicos de la SS consideran INEVITABLES.
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