DON QUIJOTE EN EL PASEO CERVANTES

Se considera que lo racional es el respeto riguroso de las normas y lo irracional vendría a ser el libre albedrío. Pero lo racional puede consistir en cobardía y mediocridad pusilánime y lo irracional, en convencimiento de que la voluntad lo puede casi todo, como don Alonso Quijano, a quien consideraban loco.

En nuestras circunstancias malagueñas, tendríamos que volvernos un poco locos, porque precisamos dramáticamente a Don Quijote en el Paseo de Cervantes.

Necesitamos un alcalde, o un líder, que no considere “racional” acatar dócilmente las disposiciones del PSOE en contra de los malagueños, que considere que esas disposiciones NO SON ETERNAS ni inmutables, que confíe en que las disposiciones antimalagueñas del PSOE no son irreversibles, a despecho de los daños que nos han hecho ya…

Y que recuerde que esas disposiciones fueron orden de Alfonso Guerra por motivos chovinistas, que identifique claramente que tales disposiciones han constreñido gravemente y hasta imposibilitado el devenir previsto por los Bancos y lógico de Málaga (como hizo la junta con la partición del municipio en 1988), que rechace condenar media Alameda porque a la señora Susana se le antoje colocar una horrenda estación de su tranvíametro en su puerta…

 Y que se atreva a convocar ruedas de medios de información de Madrid cada vez que Susana, o como se llame, disponga algo tan gravemente perjudicial para nosotros, e innegociado en sus consecuencias, como el plano de inundabilidad del Guadalhorce.

Necesitamos que nos conduzca alguien ardoroso, joven, “irracional” y muy valiente.

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