Grupo de malagueños desesperados por el trato ultrajante que nos propina la junta.
domingo, 29 de marzo de 2015
CUIDADO,. NO VAYAMOS A JODERLA
¿Quién lo hubiera dicho cuando, allá por 1994, la
gente escupía al pasar Pedro Aparicio por el parque y le llamaban “de tó”?
Pedro Aparicio obedeció desde el principio la orden del PSOE de desmantelar
Málaga y saquearla para llevárselo todo a Sevilla. Durante 16 años no paró el
PSOE de quitar a Málaga organismos, instituciones y hasta empresas, para
llevarlas a Sevilla. No contento con eso, el PSOE y la junta maquinaron reducir
el municipio de Málaga (para que no le hiciera sombra al de Sevilla),
quitándonos Torremolinos, lo que representó un tremendo quebranto económico,
seguramente por culpa de los propios malagueños, ya que habíamos consentido que
nuestra industria hostelera (la normal de una capital de nuestro tamaño) se
concentrara exclusivamente en la barriada y cuando nos tocó decidir dónde
situar el palacio de congresos por ser la capital, decidimos estúpidamente que
se construyera en Torremolinos. Hasta decidimos tontamente llamar Torremolinos a
nuestro antiquísimo club de campo y de golf.
El proyecto del PSOE respecto a Málaga siempre ha
sido reducirla a la mínima expresión. Hasta proyecta el PSOE muy seriamente
eliminar las provincias y reconocer las comarcas como divisiones políticas. Por
lo tanto, Málaga sería reducida a la condición de una simple capital comercial.
Para lograr tales fines, ladinamente el PSOE estableció que nunca presentaría a
un malagueño como cabeza de lista en Málaga (el último, Luciano Alonso,
extremeño y gravísimamente depredador de Málaga a favor de Sevilla). Para alcaldesa,
nos proponen ahora a María Gámez, gaditana residente en Mijas, a quien la presidente
ex concejala apoya entusiásticamente, porque necesita en la alcaldía de Málaga una
cómplice que nunca se queje por los daños que la junta nos inflige deliberadamente.
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