sábado, 9 de junio de 2012

MALAGA DEBE LIBRARSE DE LA PERFIDIA SEVILLANA

El gobierno sevillano, declaró la guerra a Málaga hace más de 30 años. Por eso abre trincheras c on el pretexto del metro, para convertir su guerra gallada en guerra con armas. . Todo el que tenga memoria y un mínimo de capacidad de observación, sabe que Málaga es ahora mucho menos autónoma que en los años setenta (¡Qué digo menos! El trato de la madrastra a Cenicienta sería amantísimo comparado con el que nosotros recibimos). La autonomía nos ha hecho a los malagueños menos autónomos y más dependientes de lo que fuimos jamás en 3.000 años de historia. Ni los terribles cartagineses nos sojuzgaron y aplastaron tanto. La autonomía nos ha forzado a ser “pasotas” de nuestro destino, pasotas hasta de nuestros propios hijos, nos forzó a perder la iniciativa y ni podríamos compararnos ahora con nuestros emprendedores abuelos del siglo XIX. La autonomía nos ha forzado a desvirtuar nuestro escudo y ya Málaga no puede ostentar con legitimidad el título de “muy denodada y la primera en el peligro de la libertad”. La autonomía ha logrado que seamos mansos, indiferentes e indolentes. La autonomía comete contra los malagueños toda clase de vejaciones, sin que nuestros “representantes” digan ni mú. Nunca tuvimos, como ahora, una bota permanentemente encima dispuesta a reventarnos. NO al tercer hospital, NO al Banco de Crédito, No al puerto turístico, NO a la capitalidad cultural europea, NO al corredor ferroviario europeo, olvido truculento y deliberado del Guadalmedina, anulación de la Carretera de Arco, desmantelamiento institucional de la ciudad, vejaciones a nuestra universidad, indignante trato presupuestario, retrasos intolerables ( y muy sospechosos) de lo que nos “concede”… ¿Qué más necesitamos para entender que la política activa del gobierno sevillano no sólo margina a Málaga, sino que hace todo lo que puede por que desaparezcamos? ¿Qué más nos hace falta para comprender que así no podemos avanzar, que jamás podremos hacer nada grande ni nos dejarán intentarlo? Treinta años de marginación, olvidos, insultos, “errores” pretendidamente involuntarios, desmantelamientos, postergaciones y presupuestos injuriosos son demasiados años de aguante. ¿Qué más necesitamos los malagueños para empezar a tratar de sacudirnos esta injusticia? El cielo de Málaga está ensevillanado, ¿quién lo desensevillará?

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