Sin embargo, Málaga está llena de discutible cocina vasca y de pizzerías falsificadoras. Por esnobismo rastrero y acomplejado, algunos sitios hasta escriben pincho en vasco. Y ni que decir tiene el peligro sanitario que corremos con la proliferación de “pizzerías” falsificadoras.
NO PARO DE PREGUNTARME QUÉ OPINARÁN
EN LA CÓNSULA
EN RELACIÓN CON ESA RIQUÍSIMA GASTRONOMÍA MALAGUEÑA.
¿Qué habrá sido de la Sociedad Gastronómica Malagueña? ¿Desapareció con María Pepa Estrada, Caffarena, Blasco y demás? Ya no se ven noticias en los periódicos sobre celebraciones como aquellos fantásticos almuerzos que organizaban y donde tantos aprendimos acerca de la riqueza sorprendente de la gastronomía malagueña-
Alguien tendría que organizar concursos de platos caseros en Málaga, como la incomparable y muy exportable cazuela de fideos, la moraga, la ensaladilla de naranjas o el adobillo.
Sorprende que una industria hostelera tan creciente, pero tan en crisis, como la malagueña capitalina, NO PIDA ESA CLASE DE CELEBRACIONES, MOVILIZADORAS DE SINERGIAS EXTRAORDINARIAMENTE POTENTES.
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