Los malagueños somos el pueblo menos dado a organizarse que conozco, y conozco muchos pueblos. Nuestros problemas no se deben sólo a la crisis actual; proceden de muy lejos, vienen larvándose desde el comienzo del mandato del alcalde Pedro Aparicio, cuyas instrucciones para la gobernación de Málaga se las dio Alfonso Guerra después de afirmar que "Málaga se ha desarrollado demasiado. Ahora le toca a Sevilla"
Lo que aquellas instrucciones representaban para la CIUDAD de Málaga, significaban, en esencia, que Málaga capital no cabe en la geopolítica española. Es demasiado grande para ser vasalla de su gran competidora histórica, Sevilla, y coexistir con ella; tiene demasiada historia en cuanto a originalidad y creatividad, como para no molestar a Barcelona. Quienes nos dirigen opinan que deben minimizar la ciudad o hacerla desaparecer, tal como deducimos a diario por las disposiciones que adoptan con nosotros. Lo venimos comprobando desde 1980 con una tozudez que se ha dado sólo en situaciones tan estrambóticas como los proyectos urbanísticos de Ceaucescu en Rumanía.
Sabemos que ni Susana Díaz Griñán ni Juan Ignacio Zoido moverán ni un meñique a favor de Málaga. Susana es corresponsable del torrente de ofensas antimalagueñas de Griñán; Zoido dijo en su primera declaración a la prensa que había que llevarse a Sevilla el dinero del metro de Málaga.
NADA PODEMOS ESPERAR DE ESTOS DOS, pero si vamos bajando, encontramos a Valderas y el empecinamiento con un tranvía que no nos conviene o a la señora vasca que ya ha dado pruebas sobradas de que no sabe ni que existimos.
AUNQUE ES MUY DIFÍCIL QUE LOS MALAGUEÑOS ACEPTEMOS ASOCIARNOS, tenemos que intentar organizar algo para empezar -al menos- a pensar en cómo trtatar de salir de esto.
PROPONGO LA CREACIÓN DE UN FORO LIBRE, INDEPENDIENTE DE LOS PODERES PÚBLICOS, DONDE PODAMOS MEDITAR E INVENTAR A FAVOR DE NUESTRO PROPIO PORVENIR Y EL DE NUESTROS HIJOS.
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